Creo que ya es tiempo de bañarme. Todos tenemos derecho a estar un poco depre... pero por un rato nomás. Está bien que no tenga ganas ni de levantarme, es normal, pero el pelo se me está poniendo graso. Si, hace frío... otra excusa. A sacarme el pijama, por último para ponerme otro, por último para cambiar sábanas, hay que lavar esos recuerdos que se aparecen en la noche, hay que lavar las sábanas para que el agua y el detergente se lleven la penita, la culpa, la preocupación, las lágrimas, los suspiros, las pesadillas.
Pero ni aunque me bañe tres veces al día se me limpiará la memoria. Ni con una ducha de hora y media se me irán esos fantasmas. El cabello no es una extensión de lo que está en el cerebro. Si fuera tan fácil me lo arranco todo de raíz y ya.
De todas formas, por respeto a la sociedad, mañana me baño.
Aunque sé que, a pesar de eso, nada será diferente.
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