Escribo sólo por el placer de hacerlo. Porque me encanta saber que de esto tengo el control. Que puedo inventar y sufrir imaginariamente. Le agarré el gustito a esto que se llama teclado. Es tan instantáneo el poder de las palabras.
Aunque no tenga manos de mujercita, me sirven, las amo por eso. Las amo por moverse, por crear figuras, por ser de todas las formas que se me ocurren. Porque expresan y detienen, porque están aquí y allá. Porque saben lo que siento. Porque se mueven al ritmo de mis ideas, flotan.
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