Es una lástima que las energías se agoten.
Es una lástima que se desvanezcan las ilusiones... ilusas.
Es una pena que nadie crea nada, en nadie, en ninguno.
Es una pena que tengamos tanto miedo, siempre tanto miedo
siempre con conflictos, con tonteras.
Es una pena que no podamos decirlo.
Es una pena que nos rindamos tan fácil, y que se lo enseñemos a nuestros hijos...
y que perpetuemos el amor a la derrota, la costumbre del "ni intentarlo".
Es una burla que nos traguemos los insultos cuando nuestro enemigo está enfrente.
Es una pena que sintamos miedo, y duda, y flaqueza, y resignación.